En los últimos dos años explotó la oferta y la demanda de productos y servicios que están enfocados en hacer sentir mejor a las personas.
Algunas de las tendencias que se despertaron con el aislamiento en pandemia quedaron en eso, en modas o comportamientos circunstanciales. Otras surgieron para quedarse y hoy forman parte de las rutinas de miles de consumidores. Uno de los rubros que hizo boom, aunque venía en ascenso, motorizada por las nuevas generaciones más jóvenes, es la economía del bienestar.
El sector al que algunos llaman “industria de la felicidad” está compuesta de cientos de pymes y emprendedores que ponen el foco en descifrar qué momentos de breve armonía buscan las personas en su diaria para llevar esos productos al hogar. Requiere de horas de investigación de mercado -muchas de las cuales se abocan a los trends de redes sociales-, intuición y estrategia para insertarse en un mundo cada vez más competitivo.
Las ventas de MIES Cosméticos Gourmet crecieron 70% durante la cuarentena. Si bien la empresa fue fundada en 2013, su concepto de “spa natural en casa” logró penetrar con determinación entre 2020 y 2021, cuando las personas se encontraron con tiempo libre, necesidad de innovar en la rutina y aferrarse a algún momento de diversión y calma en sus días repetitivos y de mucha carga de ansiedad.
Bombas de baño, mascarillas y espumas en barra fueron algunos de sus productos destacados y usados por los clientes para “armarse” su propio espacio de relajación. Su diferencial: la mayoría de sus ingredientes son los mismos que se utilizan en la cocina. “La mayoría es comestible, te podrías comer gran parte de nuestros componentes y son los mismos que te encontrás en una pastelería, como azúcar, sal y bicarbonato de sodio”, explicó Guillermo Gastaldi, socio gerente de la empresa.
Como MIES, Kalita incorporó a su nuevo repertorio de productos ingredientes de moda por ser considerados “nobles”, “superalimentos” o altamente beneficiosos para la salud como árnica, jojoba, karité y rosa mosqueta. Son elementos naturales que, a partir de la pandemia, se comenzaron a buscar para suplementar el bienestar.
Romina Seligmann, apodada Kalita, tiene 173.000 seguidores en su cuenta de Instagram. La mayoría se sumaron a su red por sus videos en pandemia. La influencer citaba a sus -cada vez más- followers, en su mayoría mujeres, a las 11 de la mañana de los domingos a un vivo, en el que explicaba cómo hacerse masajes faciales.
“Era un momento especial de la semana para muchas personas, especialmente para las mamás. Una me contó una vez que se encerraba en el baño y no le abría a nadie, ni a sus hijos, porque era su momento de paz, un momento para ella misma”, contó Kalita.
Con el tiempo, sus seguidoras se convirtieron en clientas cuando decidió lanzar su propia línea de productos, que hoy cuenta con una oferta que incluye aceites esenciales, brumas y emulsiones faciales. Uno de sus diferenciales es el uso de los aromas. Así también concibió su negocio Magalí Costa, inventora y dueña de La Rosa. A través de sus viajes a zonas forestales y selváticas, se puso en contacto con los beneficios de la naturaleza y comenzó a estudiar alquimia y botánica. Volcó esos conocimientos a productos que conforman una rutina de bienestar para la piel.
Ella lo llama “ceremonia” y consiste en distintos pasos que, con la técnica necesaria, se pueden cumplir en casa: gel de limpieza con rosa, lima y milenilama, agua herbal hidratante con oro coloidal y aloe vera, suero de ojos con camelia, hilaurónico y sauco negro, aceite con te rojo o con argán y madreselva (dependiente de la hora del día) y emulsión facial con raíz de yacón.
Lo natural coló fuerte en las rutinas de limpieza y reveló innumerables beneficios para muchos usuarios. Mónica Galli inició su emprendimiento, Magic Garden, porque todos los jabones le resultaban abrasivos al usarlos en la cara. Puso en uso técnicas viejas de su abuela y elaboró una serie de productos, como desodorantes y shampús, que resolvieron su problema de irritabilidad. También el de sus amigas y familia, que se convirtieron en clientas. El boca a boca hizo crecer su marca, en ventas, 250% entre 2021 y 2022.
Momentos especiales
La aromaterapia se puso de moda. Las ventas de sahumerios y velas con fragancias de Iluminarte crecieron más de 50%. Tanto fue el éxito, que uno de los socios -el cuñado del dueño, Omar Pallaoro- decidió abrirse de la empresa y crear su propio emprendimiento. Ante el aumento de la competencia, Pallaoro creó Aromanza, una línea premium de varillas tibetanas, sahumerios en pastilla y en esferas mágicas.
“Antes, este tipo de ventas se asociaban más a cuestiones religiosas, a sacar los malos olores o humedad del ambiente. Hoy se buscan momentos especiales y para eso, se usan nuestros productos. Para ese cliente creamos esta línea”, comentó el dueño.
A los “momentos especiales” se le asociaron ciertas prácticas. En tiempos de pandemia, la meditación, el yoga y las prácticas de mindfulness se hicieron más populares. Quienes eran aficionados de antes vieron la oportunidad de crear un negocio, como Pilar Iribarren, que fundó Sukha. Su emprendimiento se trata de mats y yogis con diseño y materias primas de mejor calidad que las que estaban disponibles en el país.
“Antes eran todas de poliestireno o similares, lo cual implicaban menor durabilidad. Las nuestras están diseñadas para quien tiene una práctica constante y quiere algo bueno, que no se desgaste en el tiempo”, dijo Irribaren.
Los momentos de relajación fueron imprescindibles para, especialmente, las personas que sufrieron psicológicamente los efectos del aislamiento en pandemia. Esto dio lugar a nuevas investigaciones y desarrollos respecto de cómo permitirle a la mente descansar. Vibro, que comercializaba cuencos de cuarzo, samafones y semillas somáticas, todos elementos musicales utilizados en la musicoterapia, invirtió en la creación de dispositivos vibroacústicos.
Así nació la Viset Mat, un dispositivo que transfiere frecuencias sonoras y ayuda a neutralizar los efectos del estrés, la ansiedad y la falta de sueño. La persona se acuesta sobre ella y las vibraciones se encargan de morigerar los efectos negativos del día a día. Actualmente, se encuentra en desarrollo una almohadilla.
Tendencias alimenticias
Para el bienestar, la importancia de la buena alimentación recobró un lugar primario. Independientemente de las tendencias al vegetarianismo y el veganismo, asegurar el origen, la menor cantidad posible de preservativos, saborizantes, colorantes y elementos sintéticos de los productos que se ingieren se volvió esencial para muchos consumidores, particularmente los más jóvenes. Emiliano Benito y Sebastián Firtman vieron esta oportunidad y fundaron Fitmarket, una tienda online exclusivamente dedicada a productos no necesariamente “light”, sino que saludables. Hoy cuentan con 2800 productos, en su mayoría de industria nacional y esperan una inversión de US$500.000 para expandirse por Latinoamérica.
“Nuestra idea también es que los productos lleguen con la menor cantidad de intermediarios posibles a las casas e incentivar a los emprendedores, que si o si tienen que estar certificados”, comentó Benito.
Consumos en alza
Uno de los consumos que volvió a ser clave es el té. En Anam tienen la intención de reinventar su concepto: que esté más presente en las dietas y que los clientes conozcan los beneficios de los distintos tipos de infusiones.
Gabriela Moluto y Walezka Ramírez diseñaron un bar dedicado a esta bebida a partir del crecimiento que “Waly” vio en sus redes sociales y página web, “Infusionadas”, en la que cada vez más personas se interesaban por conocer las características del té.
Las emprendedores abrieron su primer local en el microcentro porteño en el que cuentan con chopperas, las que se usan para la cerveza, para servir al paso bebidas calientes y frías. Otro de sus productos estrella es el de los kits de regalo, que son armados por las decenas de emprendedores y productores que trabajan con ellas.
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