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Iniciativa emprendedora, las claves de su origen

Para que la automotivación se active, es necesario un entorno laboral que facilite oportunidades de aprendizaje, crecimiento y gratificación. Características de este perfil

emprendedor.




La iniciativa propia es un gen que logra activarse con motor propio y potenciado por un contexto que gratifique. Hoy, el paradigma de "hacer lo mínimo indispensable"deja afuera inmediatamente del mundo laboral a quien piense y viva de esa manera.

¿Pero entonces cuáles con las habilidades más requeridas en este sentido? La creatividad y la iniciativa son dos de las habilidades blandas más pedidas para cualquier trabajo al que cualquier persona se postule, incluso independientemente de tu título profesional y trayectoria. Esto no implica que si el sujeto trabaja en un contexto hostil, no termine por irse o dejar esas cualidades para sí, ya que las personas se sienten más estimuladas cuando perciben que el entorno les facilita oportunidades de aprendizaje, crecimiento, desarrollo y gratificación.


Personas con iniciativa propia



- Dan siempre un poco más que el promedio

Hay un componente de entusiasmo dentro de las labores que realizan, y eso se ve reflejado en que ponen el toque personal en lo que hacen y superan las expectativas. En el tiempo, esto marca un estándar de calidad en su trabajo y así, conquistan nuevas oportunidades.

- Toman decisiones para mejorar

Dentro de sus ámbitos de desempeño se animan a decidir, proponer y mejorar. Su pregunta lema es: “¿Qué puedo hacer hoy, mejor que ayer, en beneficio de todos los que estamos en este trabajo?”. En todos los trabajos hay un empleado que es un imán de energía positiva para toda la organización ya que hace lo que hace con una intención constructiva, en contraposición a los desganados, quejosos y faltos de iniciativa.

- Apertura al cambio

Como son personas enfocadas en la experiencia que están haciendo y el aprendizaje que los llevará a su siguiente desafío, abren su mente para abrazar los cambios y las transformaciones, y suelen ser excelentes brindando opciones cuando los demás no encuentran salida a problemas cotidianos.

- Son flexibles

La actitud que desarrollan les permite aceptar, proponer y bailar al ritmo de lo que se va presentando, sin resistencia a los cambios y sabiendo que todo lo que ocurre es por algún motivo.

- Muestran entusiasmo y deseos de crecer

La cualidad del optimismo no solamente se refleja en su temperamento, sino en los aportes que hacen y la calidad de excelencia en su trabajo. Es a través de estos rasgos especiales que logran distinguirse, y tienen el brillo propio que viene de la mano de la gente con iniciativa propia: es decir, alguien con quien bien vale contar.


Agregan valor desde las tareas que realizan

Siempre están sumando y ponen su milla extra. Un detalle, una palabra de aliento, un documento bien señalizado para facilitar la tarea de un compañero o del jefe o líder, son características que destacan a este tipo de personas.


- Transforman las ideas en acciones

Las personas con iniciativa propia son pequeños motores que hacen que las cosas sucedan permanentemente, porque no se permiten lugar para excusas y funcionan en un alto nivel de excelencia.


Lo que conlleva la falta de iniciativa:

Un profesional con falta de iniciativa está abocado al estancamiento en su puesto de trabajo. por lo cual:

- Dependerá de que otros le marquen pautas para decidir en tareas rutinarias, más aún en situaciones críticas.

- Dejará pasar oportunidades que pudieran ser interesantes para su trabajo y para el mejor logro de los objetivos.

- Trabajará con la perspectiva del día a día, de forma reactiva y sin una previsión de futuro.

-Tenderá a las soluciones conocidas, y le costará asumir cambios.

- Frenará su crecimiento personal y profesional al mantenerse de forma discreta en un segundo plano por temor a contrastarse con sus propias decisiones.


Lo que supone desarrollar la iniciativa

Desde el sitio ingenia.es poder hacer crecer esta habilidad implica:

- Tomar decisiones con criterio propio, no como resultado de una simple reacción a su entorno y desarrollar la opción elegida asumiendo las consecuencias.

- Adquirir y desarrollar habilidades personales que le permitan afrontar con mayor seguridad nuevos retos: decisión, creatividad, autoestima, autocrítica, autocontrol.

- Mantener una actitud positiva hacia el cambio y la innovación, que supone ser flexible y adaptable a los cambios, afrontar los problemas con energía y eficacia.

- Consecuentemente, saber desprenderse de planteamientos previos y valorar las posibilidades de mejora cuestionando lo realizado y buscando nuevas formas de hacer.

- Tener una visión estratégica de los retos y oportunidades de acuerdo al contexto de su trabajo y de la organización, de forma que esto le ayude a identificar y cumplir objetivos, y a mantener la motivación para lograr el éxito en las tareas emprendidas.

- Transformar las ideas en acciones; es decir, proponerse objetivos y planificar la gestión de las estrategias, el desarrollo de proyectos y la valoración de los resultados.

- Ser competente para cooperar y trabajar en equipo.

- Cuidar las relaciones interpersonales y valorar las ideas de los demás, recordando que la actitud de iniciativa resulta contagiosa en un ambiente de cordialidad, cooperación y responsabilidad compartida.

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