Un ex futbolista profesional que llegó a jugar en el exterior y hoy se dedica a los ladrillos; lidera una desarrolladora con 60 empleados y su nueva actividad le exige saber sobre economía, arquitectura, construcción y marketing.
Damián Manusovich cambió la pelota por los ladrillos y, tras su paso por Atlanta y San Lorenzo para luego jugar en Europa, se dedicó al negocio inmobiliario, profundizando en la faceta de desarrollador y en un rubro que, confiesa, “siempre” le resultó atractivo. Así, el hábil marcador de punta, aunque se mantiene cerca del fútbol -a través de su participación como columnista en canales deportivos- 15 años después de colgar los botines tiene 80.000 metros cuadrados en desarrollo como socio de MMCV.
“El papel del desarrollador ya no se reduce a hacer un edificio, construirlo e irse. Ahora hay que pensar, transversalmente, en la vida de las personas y no sólo en lo habitacional”, define, hablando de su actividad desde hace dos décadas en clave de actualidad.
Esta idea, subraya, explica por qué la desarrolladora también se dedica al retail, puntualmente a la gastronomía, haciendo locales que además operan y que imaginan como “un lugar de encuentro como el que antes tenía el club”. Así, cuenta que “desarrollamos el edificio y todo lo demás”, muy en línea con una nueva concepción urbana apoyada en polos barriales, con distintos centros comerciales y sociales.
Aun cuando lleva más tiempo haciendo edificios que jugando a la pelota (20 vs.12 años), el futbolista y el desarrollador nunca estuvieron divorciados. Durante su paso por Elche Club de Fútbol en Valencia, España, dio sus primeros pasos en el mercado hotelero. Luego incursionó en restaurantes en Argentina una vez retirado y abrió su propia desarrolladora inmobiliaria. A cargo de las áreas Comercial y Ventas, la experiencia de jugar en equipo es, según Manusovich, lo que más capitaliza de su pasado como deportista. No se trata de un detalle menor teniendo en cuenta que el team actual de MMCV es importante: en total, el staff completo contabiliza 60 personas. En este sentido, indica, el alma de la empresa es el departamento de Arquitectura –”nosotros diseñamos in house”-, algo que le da a los proyectos nada menos que su identidad.
Pero, además, el también analista futbolístico de la pantalla de ESPN realza a Root, una usina de negocios que, por caso, es la encargada de la operación de los locales gastronómicos. ¿Cuáles en concreto? los restaurantes Alicia y Mecha, por ejemplo, en Villa Devoto, donde la firma dio sus primeros pasos, “con proyectos de baja densidad, con una lectura acorde con el barrio”, que luego se extendió por otras zonas del noroeste de la ciudad y la costa atlántica.
El store de la empresa afirma que superó los 15 desarrollos en forma holgada, con difrerentes grados de madurez cada uno. Precisamente, entre sus últimos proyectos, destaca al edificio de Habana 3939, en Devoto, 16 unidades de tres, cuatro y cinco ambientes con cochera; Aera, en San Martín, una torre ubicada justo frente a la universidad con zócalo comercial y 1000 m² de amenities; y Casamar, en Las Gaviotas, propuesta que sintoniza con la que es casi la playa más austral y agreste de Villa Gesell.
“De todos modos, nunca se deja de ser futbolista”, retoma y subraya quien, con tres años de Administración de Empresas en la facultad de Ciencias Económicas en la UBA que cursó antes de irse a jugar a España, afirma que el de desarrollador es un oficio multitasking: “Tenemos que saber de arquitectura, economía, construcción, ingeniería, leyes y marketing. Y está vinculado con lo que es el urbanismo en el tiempo”, enumera. De acuerdo con su análisis, el verdadero desafío de la actividad, hoy, pasa por encontrar la forma de que dos curvas, las de la oferta y la demanda, se encuentren en sintonía con los ingresos.
El ex campeón tiene sus propias ideas en cuanto a responder al desafío planteado. Según explica, una posibilidad para mejorar la problemática de la vivienda pasaría por el Estado -la Nación, la Provincia, la Ciudad-, “volcando hacia el mercado las tierras fiscales, exigiendo que las viviendas construidas reingresen al mercado a través de créditos en moneda local. En la cadena de valor actual, a excepción de la tierra, prácticamente no hay insumos dolarizados”, contextualiza consustanciado con el negocio, y subraya que el financiamiento hipotecario es clave para la actividad. “Además, hay que mirar más lejos de Buenos Aires”, evalúa.
A días de haber participado de la última edición de Expo Construir, Manusovich, quien es miembro activo de la Cámara de Desarrolladores Urbanos (CEDU), considera que hay una nueva generación de desarrolladores (él tiene 48 años), con una mirada responsable, tanto hacia el lugar donde llevan a cabo su tarea como así también hacia la sociedad. “Debemos tener una empatía con otro, al igual que con el entorno”, sostiene.
Además de los socios –Sergio Mizraji, Jacqueline, Alicia y José Luis Cicchinelli.-, y arquitectos, el team multidisciplinario se completa con contadores y abogados. “¿Si hay más futbolistas en la empresa? No, aunque cada proyecto tiene sus inversores. Y sí, en algunos de ellos, también los hubo”, finaliza.
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