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El método de los Incas y de la NASA que aprovecharon dos argentinas para crear un negocio exitoso


A través de un proceso de liofilización, la marca IKAI Foods crea preparados para licuados y sopas naturales; esperan finalizar el año con una facturación de $75 millones.


La idea surgió de un trabajo práctico de la facultad. El desafío era encontrar una solución para evitar que las verduras se echen a perder en la heladera, y poder disfrutar de cualquier fruta sin importar la época del año. Fue así como María Eugenia Doffo y María Carolina Naboni comenzaron a darle forma a IKAI Foods, un emprendimiento que utiliza el proceso de liofilización para preservar alimentos, y que les permitió hacerse un lugar en un mercado poco explorado en la Argentina.


La tecnología que usaron no es nueva. Los primeros registros datan de la época de los incas, e incluso hoy en día es usada por la NASA para suministrarle la comida a los astronautas que viajan al espacio. Mediante un proceso de deshidratación, el alimento puede conservar todas sus propiedades: nutrientes, sabor y textura quedan inalterados. Cuando las emprendedoras iniciaron el proyecto, en 2018, descubrieron que el mercado local tenía poca oferta y detectaron una oportunidad de negocio.


“Creemos que el mercado no está desarrollado en la Argentina, en parte, por la falta de conocimiento del proceso en sí mismo. Y, quizás, la inversión que requiere detrás para poder llevarlo a cabo. Pero los beneficios son muchos, porque permite combatir el desperdicio de alimentos, aumenta la corta vida útil que tienen las frutas y verduras, el poder desestacionalizar. Todos sabemos que tenemos que comer mejor, nuestro desafío fue encontrar una solución para poder hacerlo y que esté al alcance de la mano”, dijo Doffo, quien estudió ingeniería en alimentos.


Con una inversión de US$100.000, los primeros pasos de IKAI Foods fueron en mayo de 2020, a través de blends para preparar licuados. Actualmente, cuentan con cinco combinaciones que venden al público: frutillas, arándanos y frambuesas; durazno y mango; duraznos y frutillas; bananas, almendras y miel; y pera, ananá y manzana verde.


Con el paso del tiempo, también decidieron elaborar exclusivamente para los bares y restaurantes tres mixes para que puedan cocinar sopas de verduras, choclo y zapallo. “Vimos que muchos lugares no incluyen frutas y verduras en sus menús por falta de capacidad logística y de elaboración. Además, permite disminuir el desperdicio de alimentos”, agregó. Apalancándose en este segmento de negocio, esperan finalizar el año con una facturación de $75 millones.


“La idea es que la gente lo piense como que está comiendo frutas y verduras de la verdulería. Porque, en definitiva, son frutas y verduras. La única diferencia es que pasa por este proceso de liofilización, pero mantiene todas las características del alimento. No tiene agregados de conservantes, aditivos ni colorantes. Tampoco es un polvo, ni es artificial. Al alimento se le quita toda el agua y, a la hora de consumir, se le agrega de nuevo el líquido”, explicó.


En detalle, el proceso de liofilización elimina el agua de los alimentos frescos, pero evita el arrastre de nutrientes que sucede en otros métodos de deshidratación tradicionales por calor. Esto se logra a través de temperaturas muy bajas y en alto vacío: de esta manera, se evapora el agua sin pasar por el estado líquido.


“Lanzamos la marca con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población a través de una alimentación natural y saludable, que reduzca el uso de recursos y evite desperdicios. Buscamos que el consumo diario de frutas y verduras se vuelva más práctico, sencillo y accesible para todos, por eso queremos seguir innovando en el mercado de alimentos saludables”, cerró Doffo.


De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en la Argentina se desperdician 16 millones de toneladas de alimento. Ese número representa el 12,5% de la producción agroalimentaria.

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