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De Leones al mundo: Martín Frascaroli llevó a Aivo a las grandes ligas norteamericanas


La empresa del Emprendedor Endeavor especializada en Inteligencia Artificial se integró a Engageware para potenciar la excelencia en la interacción de las organizaciones con sus usuarios.


Si tuviéramos que elegir el término de moda del último tiempo a la fecha probablemente fuera “Inteligencia Artificial” La tecnología está marcando una nueva era, una en la que hay que moverse rápido, adaptarse y reinventarse para no quedar afuera.


Sin embargo, una década atrás el término no era moneda corriente y es ahí cuando se destacan los innovadores. En 2012 Martín Frascaroli vio con claridad todos los desafíos a los que se enfrentaba la atención al cliente y fundó Aivo.


Se trata de una empresa líder en tecnología de Inteligencia Artificial conversacional y generativa que brinda a las organizaciones la posibilidad de interactuar con sus clientes 24/7 a través de múltiples canales, de manera más rápida, efectiva y única, logrando una mejor experiencia y una mayor satisfacción de los usuarios.


Actualmente, la compañía que cuenta con más de 200 clientes y 200 millones de conversaciones con AI, fue adquirida por la firma norteamericana Engageware. Esta última, una SaaS con 20 años en el mercado y más de 500 clientes que ofrece soluciones integrales para la interacción con los clientes.


“Para Aivo la venta es una aceleración muy fuerte en donde tomamos un músculo, clientes que ya están hechos, para incorporar una solución nuestra de una manera muy rápida y está muy alineado con el plan de expansión mundial que teníamos. Por otro lado, es una oportunidad muy grande para todo el equipo de Aivo en toda Latinoamérica, no solo trabajar para los clientes que ya teníamos, sino para empezar a generar propiedad intelectual y desafíos para casos globales”, destacó el Founder y CEO de la firma argentina, Frascaroli.


La historia de un emprendimiento global


En su ciudad natal, Leones, había una sola persona que armaba computadoras (porque antes se armaban las computadoras) y ese era Martín, emprendedor de toda la vida.


Su gen emprendedor vio la luz desde su adolescencia cuando junto a dos amigos puso un cibercafé, luego una empresa de software que después fue una de marketing online. Pero se cansó, y empezó una compañía de consultoría para Contact Center. Fue en ese momento, cuando vio a miles de personas leyendo pantallas lo que les tomaba muchísimo tiempo mientras hacían esperar a los clientes, que se dio cuenta que algo tenía que cambiar.


No sólo era poco eficiente para las empresas y los usuarios, sino que además se podía ahorrar recursos y agilizar tiempos si se automatizaba el proceso. Ese fue el punto de partida para explorar posibles soluciones que facilitaran el Servicio al Cliente y nació Aivo.


Al principio no compraba nadie, hablar de Inteligencia Artificial era como un sueño, según cuenta Frascaroli. Sin más argumentos que su palabra consiguieron a su primer gran cliente, Telefónica, y no pararon.


El crecimiento de la compañía


Siempre frente a la novedad es trabajoso encontrar early adopters y esa fue la ardua tarea de Frascaroli que financió su proyecto siempre con apoyo de particulares. Su primera ronda en 2013 fue financiada por 4 Emprendedores Endeavor y un fondo muy pequeño también de Emprendedores Endeavor. Para la segunda en 2016, también consiguió a distintas personas que invirtieron a tasas de hipergrowth, Aivo crecía un 40%, 50% por año.


Desde el inicio su fundador puso alta la vara para su compañía, es que quería ser global. “Se puede arrancar en la Argentina, pero hay que salir al mundo”, soñó alguna vez el fundador de Aivo. Soñó y lo cumplió. Hoy, Martín Frascaroli puede celebrar con orgullo que “una compañía americana haya comprado a una latina para usar su tecnología dentro del mercado americano”.





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