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Cinco ideas que se convirtieron en casos exitosos

Se trata de emprendimientos latinoamericanos que lograron triunfar haciendo el bien.

En un contexto económico inesperado para el mundo entero producto del coronavirus, nuevos emprendimientos latinoamericanos se convirtieron en "casos de éxito" y no solo por haber logrado crecer a pesar de la pandemia, sino además por haber generado un beneficio a la sociedad, que excede lo económico.


A continuación, te contamos sobre cinco emprendimientos latinoamericanos que lograron triunfar haciendo el bien:


Mamotest

Este emprendimiento argentino, el primero de su tipo en América Latina, surgió gracias a una conversación entre un padre y un hijo.

El primero era el veterano médico radiólogo Guillermo Pepe, especialista en diagnóstico mamario. El segundo, su homónimo, experto en economía empresarial.

Según cuenta Pepe (hijo), fue esa charla en la que su padre le habló de su desesperación por pacientes que morían de cáncer de mama por no haber detectado el tumor a tiempo, lo que lo inspiró a buscar una solución.

El joven emprendedor estaba convencido de que a través de la tecnología se podría resolver el problema que llevaba a que unas 7.000 mujeres murieran cada año en el país por no haberse realizado una mamografía.

Pepe creó la primera red de telemamografía de Latinoamérica, instalando mamógrafos en lugares alejados, donde esa prueba no se realizaba por falta no solo de los aparatos, sino también de los médicos que realizan el diagnóstico.

Para resolver esta segunda limitación, Mamotest creó una red de más de 300 expertos que reciben las imágenes de las mamografìas a través de internet y en apenas 24 horas les envían a las pacientes el resultado.

En la actualidad Mamotest factura US$1,6 millones, y en la segunda mitad de 2021 planea ampliar sus operaciones a Uruguay, Paraguay, México y España.

Este emprendimiento no solo ha salvado vidas, también obtuvo la llamada "certificación B", que reciben las empresas que tienen "triple impacto": en la economía (le ahorra millones al Estado), en la sociedad (también realizan campañas e impulsan leyes para mejorar la salud de la mujeres) y el medioambiental (reemplazando las radiografías convencionales, altamente contaminantes, por imágenes digitales).

Por todo esto, Mamotest ha recibido el respaldo, entre otros, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.


Kingo

Hace 10 años, el guatemalteco Juan Fermín Rodríguez, entonces de 28 años, decidió renunciar a su trabajo en una multinacional para intentar hacer realidad un sueño: crear un emprendimiento que ayudara al medio ambiente e impactara positivamente en la vida de otros.

Investigando, dio con un dato que lo alarmó: que cerca de un quinto de la población mundial no cuenta con energía eléctrica y que son justamente estas comunidades sin acceso las que mayores dificultades tienen para su desarrollo social, económico y educativo.

Fue así que en 2013 lanzó una startup que propone una idea absolutamente novedosa: ofrecer energía por medio de paneles solares con una modalidad prepago, similar a la que usan muchas empresas de telefonía celular.

De esta forma, las personas que no tienen acceso a las redes eléctricas pueden utilizar la energía solar, sin tener que comprar el costoso equipo ni tener que pagar por su instalación y mantenimiento. Solo pagan por su consumo.

El proyecto piloto incluyó a solo 50 familias, pero funcionó tan bien que para 2019 el servicio ya alcanzaba a 55.000 hogares en Guatemala e incluso se había extendido a Colombia.

La meta de Kingo es instalar 140.000 equipos para 2022, lo que beneficiaría a cerca de medio millón de personas.

Luego, el plan es expandirse por América Latina (este año se firman contratos en México y Panamá), donde, según Rodríguez, hay más de 7 millones de familias sin energía eléctrica.

La empresa guatemalteca no solo ha conseguido una inversión de más de US$25 millones de entidades como el BID, el Banco de Desarrollo de Holanda y el gigante energético francés Engie, además del reconocimiento de la ONU y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), entre otros.

También atrajo la atención de Hollywood. Más concretamente, de una de las estrellas más comprometidas con el medio ambiente: Leonardo DiCaprio.

El actor de "Titanic" y "Lobo de Wall Street" quedó tan fascinado con este proyecto que, además de convertirse en inversionista en 2018, se sumó como asesor oficial, y su reconocido rostro se destaca en el listado de "quiénes somos" en el sitio de la compañía.


Sinba

El emprendimiento peruano Sinba (de "Sin basura") tiene por objetivo encontrarle una solución al problema de los millones de toneladas de alimentos que tiramos todos los años.

Según la agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca de un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician.

En tanto, un tercio de todos los cultivos que se producen se destinan a la alimentación animal.

Sinba encontró una solución sencilla a esta paradoja, reciclando las sobras para utilizarlas como alimento porcino.

La idea nació casi de casualidad un día del 2015, cuando Andrea Rivera, Bitia Chávez y Philip "Pipo" Reiser se juntaron en Lima a comer. En ese restaurante, observaron a los mozos retirar platos con comida sin terminar, y por eso decidieron poner el foco en qué se hace con esos restos.

En 2016 lanzaron Sinba, un servicio de tratamiento de residuos orgánicos de restaurantes.

La empresa asesora a restaurantes sobre cómo gestionar sus residuos orgánicos. En alianza con recuperadores urbanos los recolecta y transporta hasta una biofábrica, donde son transformados en alimento animal o abono mediante un proceso de esterilización.

Luego, comercializa el alimento a porcicultores, a quienes también asesora sobre el manejo de sus residuos.

Al día de hoy, han reciclado más de 2.100 toneladas de residuos orgánicos.

Sinba también abrió una red de recolección de residuos en hogares, transformando los orgánicos en compost, el aceite en biocombustible y reciclando más de 230 toneladas de residuos inorgánicos.

Además, educa sobre cómo reaprovechar el 90% de la basura, y ya capacitó a más de 3800 personas.

Por su impacto económico, medioambiental y social, este emprendimiento peruano logró convertirse en una empresa B Certificada.

A finales de 2020, también fue seleccionada por la ONU -junto con Mamotest y Kingo- como una de las 28 organizaciones más innovadoras del mundo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por ese organismo para 2030.


Momlancers

Como muchas mujeres que deciden ser madres, las mexicanas Regina Cabal y Katia Moye enfrentaron un dilema después del nacimiento de sus hijas: ¿cómo balancear sus carreras con la maternidad?

Moye decidió priorizar a su bebé, y renunció a su cargo en la oficina de marketing de una marca de consumo porque "no quería llegar a casa en la noche solo a bañarla y dormirla". En cambio, Cabal, que trabajaba en una agencia de innovación, logró negociar trabajar a medio tiempo por un año. Inspiradas por sus propias experiencias, ambas se unieron para crear Momlancers, una consultora laboral para madres freelancers. Esta plataforma mexicana, creada en 2017, se dedica a conectar a profesionales que son madres con empresas que puedan requerir de sus servicios, con el objetivo de que ellas puedan trabajar de manera remota y seguir cuidando a sus hijos.

En febrero pasado, la revista Forbes México incluyó el emprendimiento entre las "30 promesas de 2021". El próximo desafío de Cabal y Moye es multiplicar por 10 las empresas que utilizan la consultora y empezar a brindar otros servicios, como capacitación para las madres que se registran en el sitio.

También buscan ser una referencia en América Latina.

Háblalo

Mateo Salvatto se estaba por recibir como técnico en electrónica de la secundaria, en 2017, cuando creó la app Háblalo, que permite a las personas con discapacidad auditiva comunicarse.

"Mi madre es profesora de sordos e intérprete de lengua de señas desde hace 35 años", explicó el argentino de 22 años. "¿Cómo puede ser que tengamos tecnología para poner un robot en Marte, pero un sordo no puede hacer una denuncia?", pensó. Su aplicación tuvo tanto éxito que para 2018, con apenas 18 años, formó la empresa Asteroid, para poder administrar su emprendimiento. Hoy Háblalo, que funciona de forma gratuita y sin necesidad de estar conectado a internet, es usado por 140.000 personas en 55 países a lo largo de cinco continentes y en más de 35 idiomas.

Su creador lo describe como una "multiherramienta con distintas funcionalidades", que permite a los usuarios -no solo sordos, sino cualquier persona con un problema que le dificulta el habla- poder comunicarse, ya sea escribiendo un texto que es transformado en audio, o utilizando dibujos, imágenes o fotos, entre otras opciones.

A pesar de no generar ingresos directos por el uso de la app, Asteroid desarrolló un modelo de negocio alternativo: creó una versión corporativa de la aplicación, llamada Háblalo for Business, que les permite a organizaciones privadas o del Estado atender a personas con discapacidades comunicacionales.

Fuente BBC Mundo


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