A la hora de los negocios, es indispensable la gestión de las emociones, en particular, para los emprendedores.
Una de las características más importantes que he detectado en grandes empresarios con los que tuve la oportunidad de interactuar es que son muy buenos gestionando sus emociones, algo que con el transcurso de los años comprendí como fundamental para lograr éxito en cualquier negocio al que te dedique.
Hay dos frases que me acompañan en mi dia a dia y me las repito cuando alguna emoción externa intenta desequilibrarme y te las quiero compartir ya que me han sido de mucha utilidad -quien te enoja te domina- frase budista que leí hace ya hace un tiempo y me encanto, y tambien -no prometas cuando estás contento, no respondas cuando estás enojado y no decidas cuando estás triste de David Fischman- Ambas me ayudan a volver al eje, racionalizar lo que me esta pasando en ese momento y no ser impulsivo.
Dice la ciencia que somos seres racionales, pero también es evidente que no somos sólo racionales sino más bien seres emocionales que razonan. Sería algo así como que a la hora de elegir el corazón decida y la razón justifique. Transcurrimos la vida mezclando siempre emociones y sentimientos porque además de razón somos emociones y estas en menor o mayor medida siempre son relevantes en nuestra decisiones y acciones.
Dicho esto y conociendo cómo funcionamos debemos dentro del mundo del emprendedor domar nuestra emociones, ya que tomar acción desde este aspecto nos puede hacer cometer graves errores, algunos irreparables, y al momento de tomar una decisión hacerlo siempre desde la información, con números y datos, jamás desde las sensaciones, sentimientos o emociones, muchas veces pasajeras. Las mejores decisiones de negocios son las que se toman, analizando cuidadosamente el escenario y entendiendo dentro de este cual es el paso más adecuado para dar.
Por esto es muy importante para todos los emprendedores que estén leyendo que siempre tengamos la cabeza fría para tomar decisiones acertivas y el corazón caliente para no perder el empuje que necesitamos en nuestro día a día.
Por Gerónimo Odriozola
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